El taller comenzó con la pregunta: ¿me acompañas? Ya que cada infante estaba junto a su cuidador/a formando parejas.
Al inicio del taller, los/as más pequeños/as se movían de forma libre garabateando por todo el papel y el cuidador/a tenía que seguir el gesto que ellos/as hacían, imitando la velocidad que llevaban, la parte del cuerpo con la que cogían la pintura, etc. En la segunda parte de la actividad, los papeles se intercambiaron, los/as niños/as tenían que seguir al cuidador/a.
Cuando acabamos, pudimos compartir ¿cómo nos habíamos sentido? ¿qué dificultades habíamos encontrado? ¿con qué rol nos sentíamos más seguros/as, sí con el que acompañaba o el que seguía?, etc.
Poder observar la complicidad de las madres y los padres con sus hijos/as fue maravilloso, el lenguaje verbal paso a un segundo plano, para dejar que el movimiento y el gesto fueran los protagonistas del momento.