El buen tiempo y la fascinación de los/as pequeños/as por el agua, da paso a que experimenten, aprendan, jueguen, etc. Entre globos de colores, agua, sonrisas y alegría transcurrió la primera semana en la que nos presentamos a través de su lenguaje, el juego.
Nuestras manos, la pintura y nuestro lugar natal, pudimos compartir un abrazo cultural de los diferentes sitios de los que veníamos. Hay un lema que compartimos este día: Mi tierra es donde apoyo mis pies. Sin fronteras.
En la semana de experimentos hicimos lo que más le gusta a los/as peques: slime, una masa o gelatina elástica.
Realizaron una búsqueda de los ingredientes que se necesitaban, midieron las cantidades y observaron que reacción tenían los materiales cuando se mezclaban; lo que provocó asombro y fascinación en sus caras.
El monte es un gran lugar para explorar, recolectar y pintar maravillosas piñas. Con sus pequeñitas manos las decoraban y las caracterizaban, tomaron vida y se convirtieron en fantásticas super heroínas y maravillosos super héroes que combatían contra las/os villanas/os del bosque.
A través de la elaboración de figuras hechas con barro, pudieron indagar, descubrir el mundo alrededor de ellos, y a descubrir su lugar en el. ¿Cuánto de grande puede ser una cabeza para que sea proporcional al cuerpo? ¿Cuánto de alto puedo hacer el árbol para que no derrumbe la estructura? Estas preguntas inconscientemente aparecían en la cabeza de los/as pequeños/as mientras se divertían amasando, construyendo, tocando, etc, su pedacito de barro.
La piscina es algo que les encanta en el verano. Refrescarse, jugar, compartir, nadar y enseñar las cosas que saben hacer dentro del agua, hacen que el verano se convierta en algo especial. Un lugar de encuentro donde dónde la diversión esta asegurada.